16 enero 2012

El romanticismo no conoce precios


Esto no es una cueva de piedra falsa como la de la mansión Playboy (que de hecho saldrá un articulo de Playboy luego) esto es una auténtica cueva natural junto al mar Adriático. Y como tú eres un sibarita sabes que no hay mejor forma de disfrutarla que cenando en su restaurante de 5 tenedores con una buena botella de vino. Encima de la cueva se situa un hotel de 24 habitaciones que ha atraído la atención de visitantes de todo el mundo ya que crea un contraste único entre sus lineas rectas y las rocas del acantilado. Yo que tú empezaba a ahorrar para llevar a tu churri en San Valentín.